jueves, 24 de mayo de 2007

Elecciones Autonómicas y Municipales en Madrid


Ya se me ha olvidado cuántos años lleva el PP gobernando en Madrid. Sólo por eso, por higiene democrática, convendría un cambio político en la Comunidad y en la ciudad en las que vivo desde hace 29 años.
La mediocridad y grisura de Manzano dió paso hace 4 años al look postmoderno y de gente bien de la era Gallardón. Demasiada fachada. La acelerada subida de impuestos, tasas, y demás imposiciones tributarias - parquímetros incluídos - nos ha permitido a los madrileños desarrollar una encomiable paciencia, que se veía multiplicada ante la magnificiencia de unas obras faraónicas... y ¿a qué precio?: mano de obra ilegal trabajando en condiciones decimonónicas, calidades dudosas, ventajas inexistentes. De hecho, los vecinos de la M30 se dirán: Tanto correr para no llegar a ningún lado. Claro, sigue sin resolverse el principal problema de esta ciudad: la maldita hora punta. Además de en cemento, se ha invertido mucho en, por ejemplo, más transporte público, especialmente en el Metro, pero, globalmente, el servicio empeora día tras día.
Esperanza nos gobierna con una amable y penetrante -millones de euros en propaganda lo facilitan- política comercial de su producto. Entre bastidores, sus "lobbistas" inmobiliarios y constructores hacen caja sin escrúpulos. Ella tiene un programa personal bien definido: desde Madrid, al cielo, esto es, a la Moncloa. Si hay que oponerse a la asignatura de Educación para la Ciudadanía aunque ello suponga una incoherencia indigna de una licenciada universitaria, pues se opone y punto. Su ambición política le impide sin embargo ser clara en algunos ámbitos, aquellos donde, precisamente, la claridad es más necesaria que nunca, por ejemplo en Educación o en Sanidad. ¿Qué modelo sanitario quiere Esperanza? Se entrevé uno en el que la cobertura es universal, porque la demanda lo es, mientras que la oferta, siempre a remolque -los 8 hospitales eran urgentes y los hubiera hecho cualquier gobierno-, no logra seguir un modelo adecuado a las necesidad de prestar unos servicios de calidad a un paciente paulatinamente mejor informado: ¿hospitales de titularidad pública y gestón privada?, ¿centros especializados privados y "cogestionados" con la pública vía conciertos para que las listas de espera se reduzcan? Esperanza tiene demasiado miedo a tomar decisiones relevantes. Carece de coraje político y de visión a largo plazo. Su interés es a corto: ser la primera Presidenta de España de la Historia.
Al otro lado, el desconcierto es la tónica general. Simancas no da la talla y Sebastián está en rodaje y no debe ir tan deprisa. ¿Realmente se puede?. Veremos...

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