martes, 24 de julio de 2007

Caos en Barcelona

Fuente: EFE BARCELONA
El número de afectados por el apagón de Barcelona ha descendido hasta los 10.000 abonados, que se verán obligados a pasar una segunda noche sin luz, y Fecsa-Endesa trabajará durante las próximas horas para garantizar que mañana el servicio esté restablecido en toda la ciudad. Según ha informado un portavoz de la compañía eléctrica, la instalación de nuevos grupos electrógenos, así como el desvío del servicio por líneas alternativas, ha permitido restablecer el suministro en las últimas horas a 40.000 de las 50.000 personas que seguían afectadas. Más grupos electrógenos: decenas de grupos electrógenos han llegado a la ciudad en las últimas horas de diferentes puntos de España para paliar la falta de luz. Un portavoz de la Delegación del Gobierno ha explicado que pasadas las 22.00 horas se ha concretado la salida de diez generadores de 230 kilovatios de potencia desde Valencia. Estos se suman a las decenas de grupos electrógenos que han llegado de otros lugares como Zaragoza o Salamanca que el delegado del Gobierno en Catalunya, Joan Rangel, ha tramitado durante el día de hoy "personalmente" con el Ministerio de Defensa, ya que los transportan camiones del Ejército. Algunos vecinos han visto cómo entraba por la avenida Diagonal de Barcelona algún camión del Ejército que remolcaba generadores, lo que comentaron su sorpresa y desconcierto. En declaraciones a Europa Press, un conductor ha señalado que "no sabía que el Ejército también ayudaba a traer estos aparatos", una situación que ha considerado inaudita. 48 horas a oscuras: los 10.000 clientes que carecen de suministro se verán obligados a pasar una segunda noche sin luz, con lo que acumularán cerca de 48 horas a oscuras. No obstante, la compañía eléctrica Fecsa-Endesa trabajará a lo largo de toda la noche con el objetivo de que mañana se haya restablecido el servicio en toda la ciudad. Concretamente, se está trabajando para poner en funcionamiento un transformador móvil en la subestación de paseo Maragall, de la que dependen los abonados que permanecen afectados, con el fin de garantizar el suministro a todos los clientes.

El ciudadano / usuario es el último mono de esta historia. Y en este caso, además, es el vecino de barrios de trabajadores (Horta entre ellos). Lamentable en una ciudad de referencia mundial. ¿Estará el responsable de operaciones de Red Eléctrica de vacaciones? ¿Será un apagón para protestar por el cambio climático? ¿o para protestar por la ausencia total de competencia en el mercado eléctrico a pesar de los altos costes asignados en forma alícuota a quienes pagamos religiosamente la factura eléctrica ?

viernes, 13 de julio de 2007

Badalona: Territorio Basket

Merece la pena hacer campaña por un histórico del básket español. La Penya fue mi primer equipo en los años de Montero, Margall, Villacampa, Jiménez, Schultz y Kazanowski. Hoy los Riki, Rudy y compañía vuelven a tener a Aíto de entrenador y regresan a lo más alto. Badalona es territorio basket!

http://www.youtube.com/watch?v=sSgeuaQBg1w

martes, 10 de julio de 2007

Algunos de los males de la "patria"

Sin ánimo de parecerme a Lucas Mallada, alerto sobre los reiterados palos de ciego de la derecha española, tan tradicional siempre, y a continuación adjunto el artículo que Antonio Elorza publicó en El Pais el 7 de julio pasado. Es una buena reflexión que da continuidad a lo aquí escrito sobre Mariano. Mallada predecía la futura revolución española pero bien lejos quedan aquellos tiempos.

"¿Quieres Marín que yo cante, al clero y la monarquía? ¡No comprendes ignorante, que esa canción no es la mía! ¡Que vaya el Nuncio y les cante!". La coplilla republicana, citada por Ramón Sender en su Mr. Witt en el cantón ilustra muy bien una cuestión actual: los límites que a sí misma construye la política opositora del Partido Popular. Es como si sus dirigentes creyeran en la prioridad de blindar a un núcleo duro de electores de derecha, reforzando hasta el límite su voluntad de oponerse a todas y cada una de las medidas del Gobierno, sin darse cuenta de que en la España actual, como en el resto de las democracias europeas, las elecciones se ganan en el centro y el maniqueísmo por principio se paga con la derrota. Puede resultar muy gratificante el espectáculo de unas masas enfervorizadas en la plaza de Colón gritando consignas y aireando pancartas de satanización, si bien lo que por una parte se consolida, por otra se pierde al suscitar el rechazo de una masa de ciudadanos que tal vez está descontenta, y muy descontenta, con aspectos decisivos de la política gubernamental, pero que no por ello se encuentra dispuesta a regresar al pasado. La campaña contra la asignatura de ciudadanía constituye un óptimo ejemplo de ese irreflexivo espíritu de Cruzada que desde las pasadas elecciones viene animando a los populares. En lejanos tiempos de amistad, un encumbrado historiador decía a propósito de una pareja de historiadoras americanas que eran "antídotos contra la lujuria". La consideración de la mujer ha cambiado y la frase carecería de sentido en lo relativo a la belleza o fealdad. La caracterización sigue en cambio vigente aplicada al caso: el cardenal Rouco y sus seguidores ofrecen verdaderos antídotos contra una opción de voto razonable en un país laico como el nuestro.
Cuando durante siglos la Iglesia convirtió la enseñanza de la religión en un ejercicio de catequesis autoritaria, y todavía hoy se opone con éxito a su racionalización, al bloquear un imprescindible estudio del hecho religioso o de historia de las religiones, los feroces ataques contra la introducción de los adolescentes al conocimiento de la democracia tienen un inevitable efecto bumerán. Vienen a recordar que en el fondo de la mentalidad de la derecha española, con la Iglesia al frente y al fondo, anida la concepción tradicionalista de la ciudadanía como algo ajeno a lo que según ellos debiera ser el núcleo de la organización social, la condición de creyente. En el hermoso mosaico de la iglesia romana de Santa Pudenciana, del siglo V, la nueva religión se alza, simbolizada por la figura de Cristo, adoptada la barba de Zeus, al acoger la aportación de la filosofía griega. Nuestro catolicismo político no alcanza a entenderlo.
La gracia más repetida consiste en afirmar que la nueva asignatura es un remake de la franquista Formación del Espíritu Nacional, lo cual de nuevo nos hace pensar que las convicciones democráticas de nuestros militantes de derecha son bien débiles, ya que asimilan sin más un contenido fascista con el que puede ofrecerse para servir de fundamento a un comportamiento activo dentro de una sociedad regida por la soberanía nacional y enmarcada por el Estado de derecho. Como si hubiera conflicto alguno entre ser ciudadano y católico; lo de repartir las esferas entre el César y Dios, por este orden, no es un invento de los laicos. Por lo demás, si nos atenemos a la estimación implícita de aquello van a ser unas cuantas tonterías, sin otro contenido que formar futuros votantes socialistas, vamos a parar a una situación de pura y simple ignorancia. Claro que la ignorancia siempre viene bien a la hora de montar sucedáneos de cruzadas.
Es como si Rajoy y su entorno hubieran decidido desde el 14-M hacer de la conquista del centro un objeto imposible. Primero, con el interminable apoyo al espantajo de la teoría de la conspiración con ETA de guinda, luego con el ejercicio de la oposición como si se tratara de descalificar al Gobierno sin excepción ni pausa, dejando así escaparse las grandes ocasiones para mostrar los errores de Zapatero, y permitiendo a éste montar su supervivencia y eludir la responsabilidad de sus actos con sólo denunciar la cerrilidad de sus adversarios. Ejemplo reciente: las muertes del Líbano. Rajoy no es nulo, pero sí romo: nunca puede vencer, salvo si el terror nos invade a todos.

sábado, 7 de julio de 2007

Lo siento por Mariano

Pareciera que el Presidente del Gobierno no ha perdido ni un ápice de su instinto político y ha recuperado la mano frente a una oposición que, como un cachorro de felino, se enreda más y más en la madeja de sus monotemáticos argumentos.

¿Que ETA no debería existir en un país avanzado y con una democracia madura? Evidente. ¿Que es uno de los pocos reductos del franquismo que quedan? Seguro. ¿Que no hay que reparar en gastos para eliminarla por vías democráticas? Por supuesto. ¿Que ello incluye en un momento dado una salida negociada? Como en todo conflicto encostrado tras decenios. ¿Que el gobierno actual lo ha intentado, y como cualquier otro gobierno que venga después, lo seguirá intentando? No hay más remedio.


Resulta desconcertante que portavoces oficiales de quienes representan a 10 millones de votantes, exigan maleducadamente al Presidente del Gobierno que demuestre su inocencia enseñando "las actas" de las reuniones, como si de una Junta de Vecinos se tratase. Semejante majadería es incitarle a delinquir contra la seguridad del Estado, y eso está contemplado y regulado en la Constitución.


En adelante, en los ocho meses por venir, pueden pasar muchas cosas, buenas y menos buenas. Desde mi punto de vista los terroristas marcan la agenda de sí mismos y de quienes temen que Rodríguez Zapatero repita 4 años más. Pero, además, estos terroristas no son los de hace 25 años. Inexpertos, temerosos, poco convencidos de lo que pueden llegar a hacer un día... abandonan el material en cuanto ven una sirena azul. Yo no veo que estén más fuertes que hace tres años. Todo lo contrario, afortunadamente y gracias a la incesante insistencia de la Policía y la Guardia Civil.


Lo siento por Mariano, porque creo que nunca se sintió "bien dans sa peau", atosigado por tener que rendir demasiadas pleitesías. Ni él se cree su propio engaño.

martes, 3 de julio de 2007

Crónica de un Fracaso Anunciado en Iraq

Informo a los que me siguen que Iraq sigue al borde del precipicio. No caben soluciones mágicas pero más temprano que tarde habrá que reconocer que la misión que el Presidente Bush, disfrazado de Top Gunner, dio por cumplida en el portaviones USS Abraham Lincoln el 1 de mayo del 2003, definitivamente no se ha cumplido y que merece la pena aplicar alternativas más sensatas. El fracaso estaba cantado. Siendo constructivos, valga como guía la propuesta redactada en el informe final del Iraq Study Group coordinado por James Baker III. Además, para los que todavía a estas alturas no lo quieren ver, basta leer el artículo recientemente publicado por uno de sus gurús, el lobo estepario Henry Kissinger:

A political program to exit Iraq
By Henry A. Kissinger
Monday, July 2, 2007
The war in Iraq is approaching a kind of self-imposed climax. Public disenchantment is palpable. Congress will surely press for an accelerated, if not total, withdrawal of American forces. Demands for a political solution are likely to mount.
But precipitate withdrawal would produce a disaster. It would not end the war but shift it to other areas, like Lebanon or Jordan or Saudi Arabia. The war between the Iraqi factions would intensify. The demonstration of American impotence would embolden radical Islamism and further radicalize its disciples from Indonesia and India to the suburbs of European capitals.
We face a number of paradoxes. Military victory, in the sense of establishing a government capable of enforcing its writ throughout Iraq, is not possible in a time frame tolerated by the American political process. Yet no political solution is conceivable in isolation from the situation on the ground.
What America and the world need is not unilateral withdrawal but a vision by the administration of a sustainable political end to the conflict. Withdrawals must grow out of a political solution, not the other way around.
None of Iraq's neighbors, not even Iran, is in a position to dominate the situation against the opposition of all the other interested parties. Is it possible to build a sustainable outcome on such considerations?
The answer must be sought on three levels: the internal, the regional and the international.
The internal parties - the Shiites, the Sunnis and the Kurds - have been subjected to insistent American appeals to achieve national reconciliation. But groups that have been conducting blood feuds with one another for centuries are, not surprisingly, struggling in their efforts to compose their differences by constitutional means. They need the buttress of a diplomatic process that could provide international support for carrying out any internal agreements reached or to contain their conflict if the internal parties cannot agree and Iraq breaks up.
The American goal should be an international agreement regarding the international status of Iraq. It would test whether the neighbors of Iraq as well as some more distant countries are prepared to translate general concepts into converging policies. It would provide a legal and political framework to resist violations. These are the meaningful benchmarks against which to test American withdrawals.
The reason why such a diplomacy may prove feasible is that the continuation of Iraq's current crisis presents all of Iraq's neighbors with mounting problems. The longer the war in Iraq rages, the more likely will be the breakup of the country into sectarian units.
Turkey has repeatedly emphasized that it would resist such a breakup by force because of the radicalizing impact that a Kurdish state could have on Turkey's large Kurdish population. But this would bring Turkey into unwanted conflict with the United States and open a Pandora's box of other interventions.
Saudi Arabia and Jordan dread Shiite domination of Iraq, especially if the Baghdad regime threatens to become a satellite of Iran. The various Gulf sheikhdoms, the largest of which is Kuwait, find themselves in an even more threatened position. Syria's attitudes are likely to be more ambivalent. Its ties to Iran represent both a claim to status and a looming vulnerability.
Given a wise and determined American diplomacy, even Iran may be brought to conclude that the risks of continued turmoil outweigh the temptations before it.
To be sure, Iranian leaders may believe that the wind is at their backs, that the moment is uniquely favorable to realize millennial visions of a reincarnated Persian empire or a reversal of the Shiite-Sunni split under Shiite domination. On the other hand, if prudent leaders exist - which remains to be determined - they might come to the conclusion that they had better treat these advantages as a bargaining chip in a negotiation rather than risk them in a contest over domination of the region.
No American president will, in the end, acquiesce once the full consequences of Iranian domination of the region become apparent. Russia will have its own reasons, principally the fear of the radicalization of its own Islamic minority, to begin resisting Iranian and radical Islamist domination of the Gulf. Combined with the international controversy over its nuclear weapons program, Iran's challenge could come to be perceived by its leaders to pose excessive risks.
Whether or whenever Iran reaches these conclusions, two conditions will have to be met: First, no serious diplomacy can be based on the premise that the United States is the supplicant. America and its allies must demonstrate a determination to vindicate their vital interests that Iran will find credible. Second, the United States will need to put forward a diplomatic position that acknowledges the legitimate security interests of Iran.
Such a negotiation must be initiated within a genuinely multilateral forum. A dramatic bilateral Iranian-U.S. negotiation would magnify all the region's insecurities. For if Lebanon, Jordan, Saudi Arabia and Kuwait - which have entrusted their security primarily to the United States - become convinced that an Iranian-U.S. condominium is looming, a race for Tehran's favor may bring about the disintegration of all resolve.
Within a multilateral framework, the United States will be able to conduct individual conversations with the key participants, as has happened in the six-party forum on North Korea.
A forum for such an effort already exists in the foreign ministers' conference that met recently at Sharm el-Sheikh. It is in the United States' interest to turn the conference into a working enterprise under strong, if discreet, American leadership.
The purpose of such a forum should be to define the international status of the emerging Iraqi political structure into a series of reciprocal obligations. Iraq would continue to evolve as a sovereign state but agree to place itself under some international restraint in return for specific guarantees.
In such a scheme, the United States-led multinational force would be gradually transformed into an agent of that arrangement, along the lines of the Bosnian settlement in the Balkans.
All this suggests a three-tiered international effort: an intensified negotiation among the Iraqi parties; a regional forum like the Sharm el-Sheikh conference to elaborate an international transition status for Iraq; and a broader conference to establish the peacekeeping and verification dimensions. The rest of the world cannot indefinitely pretend to be bystanders to a process that could engulf them through their default.
Neither the international system nor American public opinion will accept as a permanent arrangement an American enclave maintained exclusively by American military power in so volatile a region. The concept outlined here seeks to establish a new international framework for Iraq. It is an outcome emerging from a political and military situation on the ground and not from artificial deadlines.

Jorge Drexler, un grande

El jueves 5 de julio, concierto de Drexler en el Patio del Conde Duque. Como casi todos los años. Iremos los dos y gozaremos con la armonía que él sabe generar con su música, su voz y sus vivencias en verso. Jorge Drexler es un grande. Esta canción la cantaremos:
"Yo no sé de dónde soy, mi casa está en la frontera. Y las fronteras se mueven, como las banderas. Mi patria es un rinconcito, el canto de una cigarra. Los dos primeros acordes que yo supe en la guitarra. Soy hijo de un forastero y de una estrella del alba, y si hay amor, me dijeron, y si hay amor, me dijeron, toda distancia se salva.
No tengo muchas verdades, prefiero no dar consejos. Cada cual por su camino, igual va a aprender de viejo. Que el mundo está como está por causa de las certezas. La guerra y la vanidad comen en la misma mesa. Soy hijo de un desterrado y de una flor de la tierra, y de chico me enseñaron las pocas cosas que sé del amor y de la guerra".


lunes, 2 de julio de 2007

Venezuela: la ortodoxia como enemiga de la imaginación

Venezuela, ¿un país a la deriva?. Pudiera ser. De momento es un país "rico", es decir, con ingentes recursos naturales, algunos de los cuales son de trascendental utilidad para las economías desarrolladas del planeta como es el caso del petróleo. Sin embargo, se trata de una sociedad desestructurada y escasamente cohesionada. Esta es una característica casi identitaria, que permanece desde las sucesivas olas de violencia que desquiciaron los proyectos unificadores de Bolívar y sus seguidores.

Venezuela está gobernada por un iluminado. Nada novedoso. Ahora bien que esto ocurra en el siglo de la comunicación, en el que los individuos tienen más capacidad que nunca para recibir información y formación, resulta dramático. Adjunto un artículo recientemente publicado por el gran escritor nicaragüense, Sergio Ramírez. Su lúcido análisis debería ser leído por todos los venezolanos.


Unas semanas atrás la CNN había entrevistado en México a Teodoro Petkoff, el director del diario Tal Cual de Caracas, acerca del entonces inminente cierre de la emisora RCTV de Venezuela. Me tocó estar en México cuando en el mismo programa compareció una diputada, emisaria del gobierno del presidente Chávez, para replicar a Petkoff, y su argumento capital para justificar la pena capital impuesta a la emisora fue el de que en su programación introducía formas extrañas de cultura, que enajenaban las costumbres y creencias del pueblo venezolano.
He escuchado otras justificaciones oficiales, la más reiterada de ellas que se trataba de una emisora golpista, pues se había puesto del lado de quienes buscaron derrocar al presidente Chávez en el año 2002, y él mismo, tras dictar la sentencia, le fue contando con fruición los días que le quedaban de vida. Pero saber ahora que también se trata de un acto de represión ideológica, y que la medida está destinada a restringir los espacios de convivencia cultural, me da una idea de lo que debe esperarse en el futuro.
El reclamo de callar todas las voces que atentan contra determinada concepción cultural, parte necesariamente de la idea de que es necesario defender una identidad propia puesta en peligro por todo lo que viene de fuera de las fronteras, unas fronteras que no son sólo territoriales, sino también ideológicas. En este sentido, el estado se hace cargo de promover y defender esa llamada identidad cultural, que se erige como oficial, y frente a la cual no caben alternativas de expresión.
El Estado bolivariano tiene una concepción oficial de su identidad política, que pasa a ser una identidad cultural. La misma definición de "estado bolivariano" implica ya una definición nacionalista, que de acuerdo a la doctrina del presidente Chávez, reiterada en sus discursos, es popular además de nacionalista. Le he oído anunciar la filmación de superproducciones donde se narrará la vida y las hazañas de los héroes de Venezuela, para contrarrestar las películas enajenantes de Hollywood, por ejemplo, y las emisiones de Telesur, su canal internacional de televisión, vienen a perseguir el mismo propósito.
A mí me parece bien que exista Telesur, porque brinda una alternativa de información dentro de la compleja red de ofertas que existe hoy día en el mundo, y si el presidente Chávez quiere realizar una multimillonaria inversión para que haya en Venezuela unos estudios de cine en competencia con los de Hollywood, ya se ve que tiene el dinero para hacerlo. Lo malo sería que en mi pantalla yo tuviera las veinticuatro horas del día nada más que Telesur, y a la hora de la película de la noche sólo vidas y hazañas de próceres, y todo lo demás quedara fuera por tratarse de basura enajenante.
Si tras el cierre de la RCTV se extendiera por América Latina la ola justiciera en contra de la enajenación cultural inoculada por las emisoras de televisión, desde Miami a México, y de Río de Janeiro a Santiago, y de Bogotá a la propia Caracas, donde sobrevive Venevisión, los ayatolás culturales me dejarían con no poca nostalgia. Nostalgia por los chocarreros juicios fingidos delante de jueces de togas negras, en los que se ventilan a grito pelado conflictos familiares; por los edulcorados programas de entrevistas donde las amas de casa lloran sus penas delante de entrevistadoras implacables; por los longevos concursos de aficionados con premios vistosos, autos deportivos relucientes y viajes al fin del mundo, ofrecidos por presentadoras de sonrisa congelada; por las telenovelas venezolanas donde las heroínas y las malvadas, sobre todo las malvadas, se levantan ya maquilladas de la cama, y los escenarios de casa rica parecen siempre las salas de exhibición de una tienda de muebles.
Sería mi nostalgia por el mal gusto, pero para miles de televidentes sería su nostalgia por lo que les gusta, que en asunto de preferencias no hay nada escrito. El gusto tiene que ver con la libertad, más allá de las categorías culturales oficiales, y suprimir las opciones, para dejar ver sólo lo que el criterio oficial determina que uno debe ver, es como levantar barrotes de acero frente a la pantalla, y hacer de cada hogar una celda de castigo. Es obligarlo a uno a entregar al estado el poder de decidir acerca de lo que quiere ver o escuchar, en la televisión, en el cine y en la radio, de donde fácilmente se pasa a arrebatarle a uno ese mismo poder en lo que respecta a lo que quiere leer.
Es la gran distancia entre lo que uno quiere hacer, y lo que otros determinan desde arriba que uno debe hacer. En lugar de las transmisiones enajenantes de la RCTV, habrá ahora en Venezuela un canal oficial con programas de sanos esparcimiento, a prueba de enajenación, ideológicamente correctos y culturalmente pulcros, y con noticieros bien filtrados. Programas que para alcanzar la sanidad moral y la pureza ideológica, tendrán que ser elaborados necesariamente por un eficiente equipo de ángeles celestiales, de pensamiento homogéneo y a prueba de tentaciones y deslices. Las telenovelas tendrán ahora mensaje moral. ¡Telenovelas sanas, sin colesterol!
¿Y quién dice que esos ángeles militantes serán ajenos a la mediocridad, al mal gusto, y a la ortodoxia ramplona? No olvidemos que se tratará de ángeles disciplinados, y que toda ortodoxia es enemiga acérrima de la imaginación, que es la más soberana forma de libertad. Y tampoco olvidemos que cuando el Estado se mete con las preferencias personales para reglamentarlas y conducirlas, al ofrecer el cielo, nos da el infierno.


Masatepe, junio del 2007.