viernes, 11 de mayo de 2007

El adiós de un líder


Se va un auténtico líder político. Y ya empiezan a quedar muy pocos en esta Europa tan necesitada. Haciendo un rápido balance, yo destacaría dos aciertos cruciales:
1. El proceso de "devolution" mediante el que Escocia, Gales y, especialmente Irlanda del Norte, han recuperado cierta autonomía -destaca el hecho de que se hayan puesto en marcha Parlamentos y Asambleas Nacionales con capacidad para legislar-. Además, respecto del Ulster, cabe subrayar su labor en pro del exitoso proceso de paz y reconciliación entre enemigos acérrimos. Es un éxito histórico, sin precedentes y ejemplar en el ámbito de la UE y fuera de ella. Las Islas ganarán en presencia y prestigio en el mundo. Blair es padre de esta criatura, por su valentía, por su voluntad política y especialmente por su capacidad para afrontar los problemas, plantear y luchar por soluciones pragmáticas, hacer equipos y transmitir su optimismo con coherencia y credibilidad. Todo ello es válido para el punto siguiente.
2. Haber afrontado con realismo y tesón la reforma y ojo, en muchos casos, conseguido una sustancial mejora de los servicios públicos, por ejemplo en Sanidad. En este plano, ha sido decisivo el esfuerzo presupuestario en innovación biotecnológica y en el incremento en la dotación de recursos terapéuticos como es el caso de, por ejemplo, la nueva política contra el cáncer.

Sin embargo, hay un grave error y una decepción. El error, claro, fue, y es, mitificar la relación con el "amigo especial", haciendo seguidismo de la desmesura reaccionaria de la administración Bush. Si respecto de Irak, Blair se hubiera aliado con la legitimidad y la legalidad internacionales, estaríamos hablando de uno de los tres o cuatro políticos más importantes de la era contemporánea. Pero en política los errores se pagan.

La decepción no es otra que la continuidad respecto a los gobiernos tories que le precedieron en política europea. El Imperio contra la UE, el enemigo en casa. Y ello, a pesar de haber adherido al Reino Unido a la Carta Social Europea y haber patrocinado algunas liberalizaciones, eso sí, más teóricas que reales, por ejemplo del sector energético.

Ahora es tiempo de incertidumbre en el Labour Party. Conviene conocer que es el líder del partido con más representantes en la Casa de los Comunes el elegido Primer Ministro (PM) por la Reina. El procedimiento de primarias tiene en Gordon Brown un candidato bien posicionado para asumir ese liderazgo, aunque habrá movimientos internos, también para elegir a su número 2. En todo caso, si Brown sale elegido líder del partido, tendremos otro escocés al frente del gobierno, pero uno bien diferente al anterior.

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