miércoles, 5 de diciembre de 2007

Irak: El negocio de una ocupación




Ayer martes 4 de diciembre el programa Documentos TV de La 2 de TVE emitío un documental de los que ganan premios internacionales y pronto pasan al oscuro archivo del olvido. Brillantemente editado, el documental sintetiza en menos de una hora el transcurrir de la intrahistoria de la ocupación estadounidense de Irak.

La resolución 1483 aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 21 de mayo de 2003 establecía un Fondo para el Desarrollo de Iraq: "Resolution 1483 and the laws and usages of war, authorized the Coalition Provisional Authority as the administrator of the Fund. At the request of the CPA Administrator in May, 2003, the U.S. Federal Reserve Bank of New York established the "Central Bank of Iraq-Development Fund for Iraq" account. The DFI is held on the books of the Central Bank of Iraq. The corpus of the DFI is held in the account at FRBNY for the Central Bank of Iraq. A portion of the fund has been transferred to Baghdad, Iraq and used to establish a DFI-Baghdad account at the Central Bank of Iraq, for the purpose of meeting cash payment requirements in country, for the benefit of the Iraqi people" . La realidad es que la CPA, amparada en la citada resolución, en la plena asunción de poderes soberanos bajo los designios del Pentagono y no del Departamento de Estado, y en las leyes y usos de la guerra (sic), hizo y deshizo a su antojo. La Reserva Federal Americana emitío 23.000 millones de dólares en billetes de 100$, los empaquetaron en cajas y fueron transportados por el ejército norteamericano desde la base aérea de Andrews (Washington DC) hasta Bagdad.

La oferta monetaria no fue utilizada de forma adecuada a los fines previstos (reconstrucción, reformas sanitarias, potenciación de red energética, etc.). De hecho hoy se produce menos energía que en 2003, menos petróleo que antes de la ocupación, los hospitales no han visto una renovación de su material y sus equipamientos (bebés prematuros mueren por no disponer de mascarillas de oxígeno), el acceso a agua potable se ha reducido a determinados núcleos urbanos y las enfermedades infecciosas recorren grandes áreas del país.

Irak no era un país idílico antes de la guerra. Saddam Hussein y su corte de lacayos asesinaron, violaron sistemáticamente derechos fundamentales de muchas personas y sembraron el pánico, la tortura y el silencio entre la población. Pero Irak no era un país subdesarrollado ni un estado "fallido". Tenía riqueza, cierta industria, comercio y servicios y, fundamentalmente potencial y recursos humanos preparados para, en condiciones de libertad y democracia, erigirse en el principal motor del país hacia la consolidación del desarrollo económico y social. La administración Bush, con la complacencia de sus socios, no permitió que ello sucediera. Se optó por nombrar gestores con experiencia en, por ejemplo, la gestión del sistema de salud del Estado de Michigan antes que por otorgar confianza a los gestores iraquíes que conocían bien su país, sus carencias y sus oportunidades. Éstos no eran leales. Peor todavía: al fiasco se unió el delito y de los 23.000 millones de dólares, al menos la mitad desaparecieron de sus sacas. Un enjambre de ávidos hombres de negocios fáciles se hicieron pronto con el botín y lo sacaron del país en avión, tal y como entró. Del desarrollo de Irak poco o nada se sabe. La CPA se disolvió y traspasó sus competencias a la Embajada de los Estados Unidos en Baghdad. Conmovedor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I'm watching you.