viernes, 1 de junio de 2007

«Ni yo misma me explico cómo he llegado tan lejos»


A continuación se expone una de las claves sociales para el futuro inmediato en España: la longevidad de su población y sus efectos sobre nuestro modelo social. Nuestra generación deberá tener resuelto este tema desde el punto de vista asistencial, financiero y estratégico o en caso contrario estamos abocados a ser indignos con nuestros mayores, a la quiebra financiera del actual Estado de Bienestar y a la pérdida de competitividad de nuestro modelo económico. El caso de Tomasa, empieza a no ser una excepción.


Tomasa Méndez superó hace tiempo la centuria, mañana hará 108 años.

Acaba de terminar unas cenefas de ganchillo toallas; lee todos los días durante un rato, con ayuda de una lupa, las revistas del corazón; a cada hora en punto enciende la radio para escuchar los boletines informativos y reconoce disfrutar mucho con las historias de los reality shows de la tele. Sencillas tareas que despiertan la envidia de cualquiera cuando Tomasa Méndez Rico, natural del municipio salmantino de Bañobarez, revela que mañana cumplirá 108 años. Como ella reconce: «Nunca he sido una de esas mujeres cucas a las que parece que se las van a comer. Tengo carácter, me gusta enterarme de las cosas y protestar si hace falta». Hubiera querido ser maestra pero a los 12 años tuvo que dejar la escuela para ayudar a sus padres en la panadería que tenían. «He trabajado toda mi vida, he dado a luz sola a mis seis hijos; digo yo que estaría bien con Dios para tener esta edad porque ni yo misma me explico cómo he llegado tan lejos». Ahora vive con su hija Carmen pero hasta los 102 años ha podido vivir sola. Los recuerdos de su longeva vida conviven a la perfección en su cabeza con fechas más recienes como la del nacimiento de su tataranieto. Para Tomasa «el mundo se ha vuelto del revés», pero ella sigue teniendo ganas de saber lo que ocurre en él. Quizá ese sea el truco.

Noticia del diario La Opinión de Zamora (1 junio 2007)

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